La avispilla del almendro es considerada como una de las plagas más peligrosas para este cultivo. Se ha convertido en un auténtico problema para los agricultores, ya que es capaz de mermar la producción de almendra hasta un 90%.
Ciclo de vida
La mayoría completan su ciclo de vida en un año, aunque, en zonas más templadas, pueden tardar dos años. Esto es debido a que necesitan el frío invernal.
Con el aumento de las temperaturas a la salida del invierno se comienza a producir la emergencia de los primeros individuos adultos. Las larvas que fueron depositadas en la campaña anterior en las almendras se han estado alimentando de ésta hasta completar su desarrollo y convertirse en adultos preparados para su salida.
Una vez comienza la emergencia de adultos, estos se aparean, y las hembras introducirán el huevo en el interior del nuevo fruto formado. Aquí seguirá su desarrollo hasta el año siguiente, de dónde volverán a emerger nuevos adultos.
Síntomas
El síntoma más característico es la presencia de frutos vacíos en el árbol, más pequeños y sin pepita. Además, poseen un aspecto deshidratado y de color marrón durante el verano-otoño y permanecen en el árbol después de la recolección.
Para distinguirlos de los frutos no cuajados hay que abrirlos y observar la oruga dentro de la cáscara de la almendra. Estos frutos se vuelven negros al pasar el invierno y, en primavera, se puede apreciar el orificio de salida en la cáscara.
Estrategias de control
Medidas preventivas
Retirar y destruir aquellos frutos afectados previos a la brotación de los almendros y siempre antes de la emergencia de los nuevos adultos en primavera, ya que podemos evitar que afecten a las generaciones futuras. Estos frutos deben ser destruidos mediante quema, ya que las almendras afectadas que puedan quedar tanto en el suelo como en el árbol pueden ser un posible foco de la plaga.
Control químico
Para la realización de tratamientos con productos insecticidas de forma eficaz, éstos deben realizarse en el momento en que se produzca la emergencia de la avispilla adulta. Las condiciones meteorológicas pueden modificar el inicio de salida de adultos o retrasarlo, dependiendo de las temperaturas si son más cálidas o frías. Incluso puede variar de un año a otro debido a dichas condiciones meteorológicas.
Para conocer el momento adecuado para programar los tratamientos, es indispensable realizar un seguimiento e instalar ‘evolucionarios’ en campo en cada campaña. Se puede fabricar un evolucionario con una botella de plástico opaca y otra transparente. En el interior de la botella opaca se introducirán almendras aparentemente infestadas, las cuales se recogerán en el momento de colocar los evolucionarios para evitar variaciones ambientales que modifiquen la evolución de la plaga. Los evolucionarios se colocarán en los árboles en la parte más soleada y se controlará la aparición de avispas adultas a través de la botella transparente, ya que se dirigirían hacia la luz. La botella transparente se dispondrá lo más horizontal posible.
Teniendo en cuenta lo anterior, en nuestra región es recomendable la instalación de dichos evolucionarios a mediados del mes de marzo. La aparición de los adultos nos marcará el inicio del tratamiento.
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